¿Cómo hacernos cargo de un yo que solo nos pertenece de manera intermitente,
qué se deforma y se retuerce con cada vibración de la ilusión?
¿Qué hago conmigo?
¿En dónde me ubico y para donde me muevo?
Necesito que me afirmen,
que me firmen,
que me señalen,
griten, escupan y abracen.
Solo mirado existo;
y solo existo como un encargo de alguien.
como una extensión, un soporte,
una ilusión frágil que amenaza con desplomarse a la menor provocación.
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