Se desliza, avanza, se lanza y se tropieza con un vacío que no vacila en angustiar.
Se aferra a un continuo que marqué el ritmo.
Buscando con toda sustancia, un recipiente que de forma,
que alcance al lanzado que de imagen;
y una vez imaginado,
que se encuentre deslizado en un otro con el cual confrontarse,
reflejarse,
un otro que empuje a la nada.
Así de continuo llega a un punto irreconocible para regresar a la duda.
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