Hoy se lleva a cabo un festival para celebrar el aprendizaje en el planeta. Por tercera ocasión consecutiva, en medio de una pandemia que ha dejado a millones de niños sin posibilidad de continuar con sus estudios, se celebra el día internacional de la educación. El mundo entero vive una crisis educativa. México, en conjunto con un montón de países, se ha enfrentado a una serie de retos que lo sobrepasan de continuo. Las desigualdades educativas que eran inmensas, se han hecho abismales. Los niños que tenían rezagos significativos, aquellos que se miraban hasta atrás de la fila en la lejanía, ahora se han perdido detrás del horizonte.
La Unesco invita a apostar por
una educación resiliente, salvaguardar la educación a través de inversión. Hay
que apoyar a los maestros, tomar todas las medidas necesarias para abrir las
escuelas de manera segura e inclusiva.
Darle vida a la educación, requiere de compromiso en estos tiempos tan complicados y llenos de muerte. La
educación esta desahuciada, no solo requiere de descanso y vida suero oral; está
convulsionando, los riñones le fallan y hay posibilidad de daño cerebral.
Necesita de propuestas innovadoras dispuestas a ser escuchadas, en el área de
urgencias está recostada en el pasillo, a la espera de una camilla y un
diagnóstico oportuno. Por el charco de sangre
que ha dejado en las últimas horas, se deduce fácilmente que requiere
transfusión. Desafortunadamente en el hospital hay muchos heridos.
Se juzgan en el ambiente los
pobres intentos televisivos por parte del gobierno para dar continuidad a un
proyecto educativo resquebrajado, se habla de las carencias digitales y las
brechas de desigualdad que se pintan sobre el territorio. Los padres hartos con
herramientas inútiles y los profesores ausentes en la distancia. El alumno
desdibujándose en el paisaje susurra palabras inconexas.
Este panorama es real, está lleno
de carne y desinterés; sin embargo, no todo es blanco y negro, hay un ejército
de maestros pugnando por dar aliento a sus estudiantes, mentes innovando de
continuo estrategias para estar más cerca de sus pupilos. Hay esfuerzos
inmensos que todos los días cambian vidas enteras, y en medio, una gama de
grises que dan relieve a nuestra realidad.
Es un día para recordar que la
educación es un derecho humano, un concepto que presume universalidad y al
mismo tiempo, justifica su existencia en la carencia. Un derecho que subraya un
número inmenso de siluetas viviendo en la indignidad humana. Un derecho que
combate la ignorancia.
La variable del maestro, en la
operación algebraica de la educación, es muy valiosa. Los interesados en
enseñar, tienen ideas que podrían poner en movimiento los engranes oxidados del
sistema educativo.
En este día la Unesco abre un panel a profesores para que
hablen de cómo han innovado. Es un buen pretexto para abrir el micrófono a los
maestros en México y escuchar que propuestas tienen. Hoy es oportuno invitar a
las autoridades en materia educativa a escuchar.
Publicado en periódico IMPAR 25 de enero 2021.
México.
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