Los días avanzan, la educación a distancia hace lo que puede con lo que tiene, seguimos jugando a que somos un país que no se detiene, que continúa con los planes educativos como si nada. Se asoma un panorama de más y más deserción escolar. Millones de niños se han bajado del tren y otros tantos están asomando la cabeza.
Hay un intento exhaustivo por mantener
alumnos matriculados, si salen del sistema no habrá forma de taponear el
manchón en las rubricas que se usan para medir la efectividad de las acciones
tomadas por la Secretaría de Educación Pública.
Fracasamos, la educación en
México era deficiente y de mala calidad, la pandemia llegó a remarcar sus
huecos.
La SEP publicó un boletín en el
cual emitió criterios de evaluación en educación básica ante emergencia
sanitaria. Invita a los docentes a tomar en cuenta que la vida es complicada y
que no todos los niños cuentan con las mismas oportunidades para lograr los
aprendizajes. Hay infantes que no han tenido los medios para mantener
comunicación con sus maestros, o que viven una situación familiar desfavorable;
desgraciadamente, en este país, son millones.
Si la comunicación entre
docente-alumno ha sido intermitente o inexistente, no será motivo suficiente
para reprobarlos o hacer una evaluación desfavorable.
El boletín invita a dar prioridad
a la función formativa de la evaluación, a considerar el contexto de cada uno
de los estudiantes, a utilizar la evaluación como instrumento para mejorar el
aprendizaje y a asignar calificaciones únicamente cuando haya certeza respecto
a condiciones de salud, accesibilidad y acompañamiento de sus estudiantes.
La Secretaría plantea
consideraciones importantísimas que tendrían que llegar para quedarse. Dar
prioridad a la función formativa de la evaluación, apunta a analizar el proceso
de aprendizaje, poner marcas en el mapa que permitan al docente reorientar y
recalcular caminos pedagógicos.
Es necesario recabar información
para realizar los ajustes para que los estudiantes alcancen los objetivos
curriculares... Se tendría que concentrar la información, analizarla y diseñar
planes de acción; individuales y colectivos, locales, estatales y federal.
Los puntos que toca el boletín
publicado están llenos de sentido y planteados sobre una realidad concreta, hay
que cuidar que en el revés del texto no haya trampas, hay que revisarle las
mangas al mago, no vaya a ser que esté escondiendo unos ases por ahí.
Las autoridades demandan que las
evaluaciones se hagan con mucho cuidado, que no se repruebe a los alumnos, que
se les llene de oportunidades para alentarlos a continuar sus estudios. Si
nadie reprueba, la SEP tampoco. Si seguimos con los planes de estudio, si no se
pierde el año escolar, podremos seguir jugando a que no pasó nada, a que
vencimos a la pandemia.
Publicado en periódico IMPAR 23 de noviembre
2020.
México.
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