De acuerdo con el Programa Sectorial de Educación 2007-2012, la cobertura de educación media superior para el 2006 era del 58.6% y la meta para el 2012 era llegar al 68%.
En el 2012 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la
obligatoriedad del Estado de garantizar la educación media superior y se
vaticinó que se alcanzaría la cobertura total en sus diversas modalidades a más
tardar en el ciclo escolar 2021-2022.
Según un informe en 2019, del desaparecido Instituto Nacional para la
Evaluación de la Educación, la tasa neta de cobertura a nivel nacional en
educación media superior para 2017-2018 era de 63.8%. En 11 años la cobertura
en bachillerato aumentó 5.2%
El Programa Sectorial de Educación 2020-2024 publicado en el Diario
Oficial de la Federación el 6 de julio del presente, profetizó que para el 2024
la cobertura en educación media superior alcanzará el 90%.
El actual gobierno pronostica un crecimiento de 26.2 puntos
porcentuales en la cobertura en educación media superior para los próximos 4
años.
Las autoridades educativas ya están caminando en el espacio sin antes
ponerse el traje de astronauta. Tantos planes, tan pocas acciones concretas.
Gobernadores herederos de una lógica de pensamiento que asienta en el papel sus
metas, sus planes y promesas sin antes llevar a cabo un análisis sensato de la
situación nacional.
Estamos bajo un gobierno que pretende mejorar la calidad educativa, que
apuesta por el pensamiento crítico y la honestidad en estas nuevas formas de
hacer pedagogía; sin embargo, los documentos que emite carecen de tales
apuestas.
Las propuestas que aparecen en el documento oficial no tienen nada de
transformadoras y en el mejor de los casos vienen a dibujarse como una transformación
de cuarta. ¿Cómo pensar en incrementar la cobertura en educación media superior
de manera desmedida en un país que no puede con la educación secundaria?
Habitamos un territorio en el que según datos del 2018, para el examen de
ingreso a la educación media, el número de aciertos promedio fue de 69 de 128
preguntas; que en el mismo año, los resultados obtenidos en PISA, el Programa
para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE, dieron a conocer que
solo el 1% de los estudiantes que hicieron el examen obtuvo un desempeño en
los niveles de competencia más altos y que el 35% de los estudiantes no obtuvo
un nivel mínimo de competencia.
Las visiones de nuestras autoridades están deslavadas y percudidas, les
falta un plan claro, ejecutable y con actividades concretas, el plan, más bien
está repleto de ideas divertidas. Este “nuevo” Plan Sectorial mira al espacio,
observa cientos de naves espaciales a nuestro alrededor, imagina montones de
astronautas caminando en territorios fantásticos con escasa gravedad. Grave es
diseñar un plan carente de pensamiento crítico. Tanta fantasía nubla la vista y
pone nuestros pies a flotar antes de tiempo.
Publicado en periódico IMPAR 13 de julio 2020.
México.
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