Los futuros de la educación es el nombre de la iniciativa a cargo de una comisión internacional de la UNESCO. Esta iniciativa tiene como propósito reexaminar y replantear la manera en que la educación y el conocimiento pueden contribuir al bien común mundial. Impulsará un debate sobre cómo el conocimiento y el aprendizaje pueden moldear los distintos futuros de la humanidad.
Para la comisión, la innovación y
la apropiación del futuro deben estar anclados en el ámbito local y debatirse a
nivel mundial. Los futuros de la educación tienen múltiples puntos de partida,
destinos y caminos. Comienza su andar en la diversidad, cuestionando el papel
de la educación en la vida de las personas.
Hay en el mundo un grupo de
personas cuestionando el para qué de la educación, preguntándose sobre los
futuros que estamos construyendo con la educación y en la educación.
La directora general de la
UNESCO, Audrey Azoulay, afirmó en el evento de inicio de la comisión que la
educación no solo es una cuestión de dignidad o de derechos humanos; también
tiene que ver con cambiar el mundo.
La creación de esta comisión subraya
los contextos plurales en los que las desigualdades, carencias y violencias se
han recalcitrado. Ilumina las grietas que se hunden en los derechos humanos y
reducen las posibilidades de transformación. Tiene la iniciativa de pensar y
mirar la educación desde otros lugares, con otras luces para poder generar
políticas públicas con lógicas distintas.
Las autoridades educativas del
país pueden o no considerar los cuestionamientos de los que parte esta
iniciativa, pueden aceptar o declinar la invitación a moverse de un lugar de
certezas, comenzar a andar sobre un terreno un poco más pantanoso, menos seguro
y un tanto más diverso. Tal vez vale la pena comenzar a mover los acentos; pensar
en la pluralidad y en lo que nos puede ofrecer; repensar con que vamos a llenar
el significante de calidad educativa; cuestionar los planes de estudio, los
métodos de enseñanza; interrogarnos sobre las relaciones entre docentes y alumnos
antes que por sus respectivas revaloraciones.
¿Qué tan importante es que todos
los mexicanos tengan un papel que acredite que cumplieron con la educación
media superior? ¿Por qué necesitan todos los niños del país acreditar el año
escolar aunque no se hayan adquirido los conocimientos esperados? ¿Qué futuros
queremos construir?
Esta iniciativa que dio comienzos
a finales del 2019 podría cambiar nuestros horizontes y generar nuevas
historias. Las narrativas que construimos pueden dar giros, tomar caminos
alternos. Es claro que ahora mismo el país cuenta con un sistema de educación
precario, viciado y lleno de certezas que cambian de color con los cambios de
gobierno. Hace falta voluntad y fuerza para dar paso a los diferentes cambios;
también es cierto que los cambios se pueden dar desde dentro, en la relaciones que
se gestan dentro de las escuelas. La invitación a pensar distinto la educación
va para todos los involucrados en el proceso pedagógico.
Publicado en periódico IMPAR 27 de julio 2020.
México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario