Disponemos ya en la red, desde el 16 de julio del 2020 de una serie de talleres emergentes de formación docente. Itinerarios para el re-encuentro. Estos talleres fueron elaborados por un conjunto de académicos, maestras, maestros, directores, supervisores, asesores técnicos pedagógicos y miembros de los equipos técnicos estatales. Se utilizaron recursos del erario público para realizarlos. Seguramente fueron muchas horas de trabajo, investigación, discusiones, propuestas, análisis y mucho interés. Estos talleres fueron creados con la intención de, como dice Etelvina Sandoval en la presentación, afirmar un compromiso con las “maestras y maestros para avanzar hacia alternativas de formación continua que recuperen la riqueza de sus voces, a fin de contribuir a garantizar el derecho de niñas, niños, adolescentes y jóvenes a una educación de excelencia”.
MEJOREDU, el organismo que tiene
por objeto coordinar el Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación,
pone a disposición de las autoridades educativas del país esta propuesta de
talleres; es decir, los pone sobre la mesa para que las autoridades educativas
decidan si quieren hacer algo con ellos, si les interesa, si es pertinente que
los docentes del país se acerquen a estos materiales.
Hacen unos cuantos meses, antes
de que la pandemia nos golpeara y un poco después de que Andrés Manuel ganara
la presidencia. El ahora Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación
perdió unos cuantos brazos y ojos. El primer cuchillazo que recibió, en una
serie de acrobacias políticas, fue en el nombre, quedó mutilada la palabra evaluación y el ahora mochado organismo
casi autónomo dejó de ser el Sistema
Nacional de Evaluación Educativa a cargo
del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. Con este triste
hecho, parece que se desvanecen una serie de posibilidades de acción.
La comisionada presidenta de la
junta directiva de MEJOREDU pone en marcha un proyecto prometedor que parte de
una preocupación sensata y clara respecto al posicionamiento docente frente a
estos tiempos de crisis; sin embargo, el viaje anunciado se queda a medio
camino. La propuesta de reflexión
individual y colectiva a través de los talleres carecerá de fuerza que devuelva y haga eco en el país. Esta
comisión únicamente puede hacer una invitación a tomar estos cuadernos de
trabajo para reflexionar.
Hasta el momento no existe una
solicitud explícita por parte de las autoridades educativas por exigir a su
cuerpo docente que tomen los talleres. No hay destinado un recurso que
posibilite la distribución equitativa y sistematizada de este material
educativo y, las travesías que anuncian estos talleres solo serán navegadas por
unos cuantos interesados con la capacidad tecnológica para acceder a ellos. Las
respuestas que resulten de estas reflexiones colectivas e individuales quedarán
olvidadas en los pocos cuadernos digitales e impresos que se llenen. Este
proyecto no tendrá implicaciones significativas como proyecto de educativo
nacional.
No vaya a ser que se molesten las
cúpulas de poder en materia educativa porque se quiera hacer investigación,
evaluación, conocer quienes están tomando los talleres que se diseñaron y que
respuestas están dando. No hay forma de pedir “evidencias con fines de comprobación,
certificación o evaluación”
México.
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