martes, 17 de noviembre de 2020

Escuelas normales en el 2021

El pasado viernes 13, La cámara de diputados aprobó el aumento dramático del presupuesto propuesto del 2021 para las escuelas normales. Un puñado de personas jugando al monopolio, distribuyendo dinero a altas horas de la madrugada. Desvelados, con chinguiñas en los ojos, decidieron mantener con vida a las normales de este país. 

Hasta hace unos días creíamos que las escuelas normales morirían de un solo tajo. 

Imagino a estas escuelas personificadas en un malvado muchacho en medio de la plaza pública, con las manos amarradas detrás de la espalda, los ojos vendados y los pies descalzos, mugrosos y llenos de callos; esperando a ser colgado en medio de abucheos y mentadas de madre, acusado de cientos de delitos horrorosos: delincuencia organizada, vagancia, acoso desmedido al gobierno, robo, disturbios al orden establecido, exigencias irracionales e invención de desapariciones forzadas, entre otros. 

Justo en el momento en el que el verdugo se disponía a jalar la palanca que abría un hueco en el suelo de madera y dejaba caer el cuerpo vivo del personaje malvado de nuestra historia, justo cuando este cuerpo vivo se disponía a dejar de latir, justo cuando las cervicales se iban a colapsar y los nervios se iban a desconectar, Adela Piña Bernal, presidenta de la Comisión de Educación, abogó por nuestro personaje. ¿Habrá sido justa esta intervención? La defensora de esta personificación no alegó inocencia. La justicia se desdibujó en el momento justo. 

Adela, logró conseguir para las escuelas normales un poquito más de 170 millones de pesos, mucho más de lo que se tenía previsto. Jurábamos que el presupuesto sería reducido a cenizas; sin embargo, antes de que la columna vertebral de nuestro acusado diera su último latigazo, una mujer entre la muchedumbre de la plaza clamó clemencia. Los cargos no fueron retirados. Nuestro muchacho sigue siendo un maloliente, un malviviente que abusa de las dadivas del gobierno y siempre está incomodando a la administración en turno con exigencias absurdas. 

Nuestras escuelas normales son productoras de problemas sociales, cuando no traen mala publicidad, alegando 43 desapariciones forzadas en medio de irregularidades que abren un hueco en la podredumbre del gobierno, están alzando la voz diciendo verdades fastidiosas que nadie quiere escuchar, o luchando batallas perdidas en octubres ya casi olvidados. De cuando en cuando, nuestras normales están formando maestros que abren la posibilidad de educación en medio del desinterés y la desigualdad. 

Adela no consiguió que a nuestro personaje se le desamarraran las manos, únicamente detuvo el palancazo final. Nuestro muchacho pasará el 2021 encerrado en una jaula chiquitita sin agua ni comida. Ya veremos cómo lo encontramos en el 2022 

La cámara de diputados ya decidió, no queda mucho que hacer por ese frente, los billetitos ya se repartieron; sin embargo, circula en las redes una solicitud al Presidente de la República y al Secretario de Hacienda que al subejercicio federal 2020, sea reasignado el presupuesto para que las escuelas normales públicas del país tengan recursos que les posibiliten desamarrarse las manos. 

Aquí la liga:

Publicado en periódico IMPAR 17 de noviembre 2020. 
México.

Evaluación diagnóstica

Se anuncia que un día los niños regresarán a las aulas, los maestros hablarán frente a sus alumnos y los sonidos harán vibrar los corredores escolares. Un día las desigualdades disminuirán un poquitín, no importará tanto si los niños tienen acceso a una computadora con conexión a internet, cámara de video y micrófono, tendrán la oportunidad de escuchar a su maestro, podrán tomar clase.

Ya nos explicó Esteban Moctezuma que vamos a regresar primero a un esquema mixto. Dividiremos los grupos, algunos irán dos días a la semana, otros tres. Dependerá del nivel de apoyo que necesiten. ¿Quién necesita más apoyo? Eso lo sabremos con las evaluaciones diagnósticas. Ya Mejoredu se está poniendo las pilas diseñando dichas pruebas. El doctor Francisco Miranda López, Titular de la Unidad de Evaluación Diagnóstica, dio a conocer que están realizando una evaluación diagnóstica formativa, dicha evaluación más que ser un fin en sí misma, será un medio para impulsar la mejora continua de la educación. 

Desde antes de la pandemia, existen datos que nos dan muestra del pobre desempeño académico que tienen gran cantidad de alumnos en nuestro país. Los aprendizajes alcanzados por los alumnos, no son los esperados en los planes educativos que se plantean las autoridades.

El programa para la evaluación internacional de alumnos (PISA) es una evaluación que se lleva a cabo cada 3 años a alumnos de 15 años, tiene el objetivo de dar conocer con qué conocimientos y habilidades cuentan. En 2018, solo el 1% de los estudiantes mexicanos se desempeñó en los niveles de competencia más altos y el 34% de ellos, no alcanzó el nivel mínimo de competencia. Personas de 15 años que al ser evaluados no contaron con los elementos mínimos esperados. 

¿Qué esperamos con esta evaluación diagnóstica? No solo es fascinante esta evaluación que está diseñando personal de Mejoredu, también es fundamental; sin embargo, hace falta que nos expliquen cómo será un medio para mejorar la educación. Si con esta evaluación se pretende reasignar a los alumnos al grado escolar que le corresponde de acuerdo con los conocimientos con los que cuenta, aplausos. Si se va a contratar a personal docente para que se personalicen las clases y se le dedique más tiempo a los alumnos con mayor cantidad de atraso, fanfarrias. Si en lugar de 2 días, se les va a atender 3 días, difícilmente mejoraremos la calidad educativa de los alumnos mexicanos. 

Las personas al frente de Mejoredu tienen razón, es necesario un cambio educativo a partir de las escuelas y la revalorización del trabajo docente. Necesitamos políticas públicas, recursos, también es necesario el trabajo exhaustivo por parte de los actores dentro del proceso educativo; padres, maestros y alumnos tienen que tener interés. La revalorización del magisterio no se consigue únicamente con sueldos más altos, requiere la escucha activa de padres y alumnos, de acciones claras y constantes por parte de profesores. La escuela como unidad puede generar cambios enormes. 

Un día los niños regresarán a los salones de clases, esperamos que ese día, la anunciada evaluación diagnóstica sea un pretexto que nos permita escribir nuevas historias y no un fin que nos proporcione datos para seguir haciendo como que hacemos. 

Publicado en periódico IMPAR 9 de noviembre 2020. 

México.

Cinismo televisivo

Ideas revolucionarias, brillantes, llenas de fuerza y vigor brotan de un hombre audaz y poderoso. Pensamientos que al ser leídos en voz alta, mueven la tierra, hacen trastabillar pueblos enteros. En lo alto de su palacio, deja salir ideas y las convierte en bombas sonoras.

El Señor, atrapado en su burbuja, es capaz de mirar desde diferentes ventanas. Hace unos meses firmó un convenio junto con otros multimillonarios en el país en el cual obtenía muchos millones de pesos a cambio de televisar programas educativos. Este negocio lo cerró con el gobierno federal; con un presidente que lo considera su amigo, (lo que sea que eso signifique) y con su exempleado, un personaje que ha estado metido en la política desde hace un buen rato y que los últimos años, antes de convertirse en el mismísimo Secretario de Educación, fue presidente de Fundación Azteca.

Este personaje tiene montones de dinero, corrijo, montañas de dinero. Es ambicioso, oportunista y excelente comerciante. Vendió un proyecto televisivo en el cual, al parecer no creía a cambio de unas monedas, muchas monedas. Dispuso un espacio nuevo para dar comienzo al proyecto “Aprende en casa II”. Probablemente nadie lo empujó a sellar un contrato lleno de un mar de acciones nocivas y perjudiciales para su alma pura y sacra. Tal vez su pepe grillo se fue de pinta mientras concretaba un negocio en el cual no creía, al menos no desde el punto de vista ideológico.

Gracias al cielo y a los héroes valientes que luchan por nuestros derechos, estamos en un país con libertad de expresión y, si no fuera suficiente, este individuo posee los medios, (literal) para hacer decir y cuestionar como mejor se le antoje. Ya sea porque su conciencia se lo reclama, o por falta de ella. Hace uso de su derecho constitucional de expresar su sentir.

Y el gobierno calla.

La escena apenas presenta al primer personaje, Excelente comerciante, haciendo tratos para dar marcha a un programa al cual va a desacreditar apenas reciba la lana.

“Regresemos a las aulas,” grita desde su trinchera, desde su mansión se asoma por distintas ventanas mira al este, al oeste y mira verde, vecinos parecidos a él. Asoma la cabeza y se encuentra con espejos relucientes.

En un grito lleno de emoción, cree estar llenando a sus espectadores con La respuesta verdadera. Ahora ya todos escuchamos la solución a los problemas educativos. ¡Dejemos de lado a la enfermedad y a la muerte! ¡Pugnemos por una educación dentro de las aulas!

Y el gobierno calla.

Por un lado la televisora es apoyo fundamental en esta época tan difícil para llevar educación a todos los rincones del país (sin considerar la calidad de dicha educación), por el otro, en el resto de sus canales, a través de los cuales continúa con contenido hueco y desechable, se encarga de contradecir las pocas directrices que toma el gobierno federal en pro de la salud de su gente, acarrea ignorancia a los mismos rincones.

Publicado en periódico IMPAR 3 de noviembre 2020. 

México

La escuela en el borde

La educación aparece y desaparece en el espacio. La familia, la escuela, lugares comunes en los cuales se practican pedagogías, adiestramientos, disciplinamientos del cuerpo, han ido perdiendo fuerza e interés desde hace montones de años. La pandemia que nos azota, solo remarca las deficiencias y desigualdades que se viven al interior de ambas instituciones.

Por un lado, las familias tienen cada vez menos tiempo para pensar en educación, ocio, tiempo libre; y más tiempo para consumir, para endeudarse, tratar de alcanzar apariencias y estilos de vida que nos venden, visten de angustia y revisten de anhelo en un fondo de desesperanza. Los padres ausentes, corriendo tras la chuleta que promete dar un futuro que nunca alcanza. Los hijos solitarios, con prisa por encontrar un lugar entre muerte, enfermedad y apatía.

Por otro lado la escuela en el mero duelo, tras haber perdido los pocos ladrillos que le daban consistencia. Ahora solo quedan los actores. Algunos tienen la televisión, el internet, los teléfonos, otros la radio, hay unos que ni los libros de texto alcanzaron.

El tiempo de la escuela, de educación se pierde, ya no alcanza para aprender, desaparece el espacio para el ocio. Lo importante se carga más hacia la fuga y menos hacia el juego, el vínculo. No se trata de pedagogía, lo importante es resolver quién cuidará a los niños, que no pierdan el año escolar, que no molesten.

Los maestros, actores en la institución educativa se tambalean como recurso invaluable del sistema. Ya no se puede valuar su importancia, tal vez porque los últimos movimientos gritan que ya no son necesarios, tal vez porque se resquebraja el sistema en silencio. Sus obligaciones son a cada instante más borrosas, dependen en gran medida del nivel socioeconómico de la escuela en la que laboran, las exigencias de los directivos y los padres de familia; su desempeño depende sobre todo del interés e implicación con la educación.

Ya nos dijo el Secretario de Educación que todo va viento en popa, que el programa Aprende en casa II, es una maravilla, que esperan los mismos aprendizajes, o más, con sus estrategias tan planeadas y bien estructuradas para estos tiempos de crisis, tiempo de oportunidad.

Las políticas educativas no apuntan a darle un lugar al docente, a la escuela, a la educación. Al menos no a una educación de calidad.

Los maestros, cuando menos una buena cantidad de ellos, se encuentran en el limbo, abandonados, libres de exigencias, con cientos de pretextos justos y válidos para explicar su quietud. 

Con la desesperanza hasta el cuello, las desigualdades trozando la sociedad en pedazos y la pereza devorando nuestras cabezas, hay posibilidad de acción. Tal vez dejando de actuar como las víctimas necesitadas del asistencialismo tan exacerbado que vivimos en esta administración, tal vez tejiendo posibilidades con el tiempo entre los dedos. Tal vez apelando por las instituciones que sostienen la educación, apostando por las familias, las escuelas, Los actores pueden dibujar nuevas líneas, hacer marcas. Los padres, docentes, directivos y alumnos, la sustancia que da consistencia a la educación tiene entre sus manos la posibilidad del cambio, de una educación con sentido.

Publicado en periódico IMPAR 26 de octubre 2020. 

México